martes, 6 de enero de 2015

Super-exigencias

Pensamos que la Iglesia es muy exigente. Pero no lo es: es super-exigente ciertamente.

Nos exige trascender nuestros instintos. A veces contra-corriente, y e incluso con persecución (Jesús lo advirtió). Super-exigente, nos exige que trascendamos lo biológico, psicológico y social:

QUE LAS PASIONES SENSUALES, las hagamos cosas mejores. Como flores casi. En amor únicamente las vivamos.

LOS ENOJOS... trascenderlos. No que no los sintamos. Que los podamos trascender, perdonando incluso muy humildemente.

QUE EL ÉXITO lo obtengamos sólo éticamente, invariablemente. Y que signifique bien para los demás.

QUE TENGAMOS UNA VIDA MÁS BIEN FRUGAL, simple. Todas super-exigencias, que revelan de forma inigualable cómo Dios nos ayuda a concretarlas, si te arrodillas...

...Si tienes la humildad de plantar rodillas, como un niño. (Es arrodillarte ante Dios, o ante los hombres, créeme.) ¿Podrás dejar la soberbia, la auto-suficiencia de lado?

Dios perdona: Dios nos da todas las gracias para que podamos cumplir incluso las Super-exigencias de la Iglesia... siendo la primera que te sepas arrodillar con mansedumbre.

Dios te da todo, pero la Iglesia te recuerda
que te debes arrodillar.

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